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Foto del escritorMarina Pérez

Una generación que reivindica la danza

La asociación Valencia Dancing Forward se convierte en referente para los futuros jóvenes bailarines

Imagen del Teatro Serrano, minutos antes de empezar el espectáculo. Marina Pérez


Marina Pérez. València


La danza es un encuentro entre la música y el movimiento. La expresividad corporal, acompañando el compás de un ritmo lento y acelerado. Un espacio donde se une la armonía y la energía en un mismo telón. Las jóvenes promesas del mundo de las artes escénicas han venido para quedarse, y lo más importante, para demostrar que la danza también es una herramienta de aprendizaje y su gran valor en la sociedad. Así lo ha reflejado la asociación Valencia Dancing Forward durante su actuación el pasado viernes, 29 de octubre, en el Teatro Serrano de Gandia.


Un recorrido por la música clásica, moderna y contemporánea para potenciar la danza, la educación y la integración social. Esa es la apuesta de Valencia Dancing Forward, una asociación sin ánimo de lucro formada por bailarines de entre 18 y 25 años de diferentes escuelas a nivel europeo. Co dirigida por Laura Bruña, Joan Crespo y Elisabeth Taberner, su principal objetivo es proyectar la profesionalidad de los jóvenes y dar a conocer los beneficios sociales de la danza, ya que esta no está valorada en la sociedad española, a diferencia de otros países europeos.


El silencio se hace en la sala, las luces se apagan y se deslizan las cortinas del telón. Shine on you crazy diamonds es la primera pieza. Con la base de la clásica de Pink Floyd, los bailarines interpretan el tema a diferentes tempos. De un ritmo lento y casi hipnótico de una flauta travesera, pasa a ser tenso y metálico con el sonido de una guitarra eléctrica. Los artistas cantan a una voz junto al ritmo del guitarrista, como si te estuvieran transportando a un concierto de rock. El telón se va cerrando lentamente, y con él, se pone fin al show. A los pocos segundos se reabre el escenario, y doce bailarines tratan de mostrar la transformación constante en uno mismo a través de la expresividad facial y corporal. Flux, la obra creada por la coreógrafa irlandesa Zoe Ashe-Browne, muestra los giros de 180 grados inesperados de la vida guiado por la luz de los focos.


Uno de los momentos más emotivos de la actuación fue la de los recitales mallorquines de María del Mar Bonet, que sirvieron de inspiración para la primera coreografía creada por el valenciano Nacho Duato, Jardí Tancat. En ella, los artistas dan vida y movimiento a una obra aparentemente melancólica sobre las tradiciones populares. La combinación de dúos, solos y corales, sirven de apoyo para expresar todas las facetas de la letra.


"Valencia Dancing Forward se ha convertido en un referente dentro y fuera del territorio valenciano", explica el concejal de Cultura de Gandia, Nahuel González. Sus actuaciones van más allá de la difusión de la cultura y el arte. El espectáculo no ha dejado al público indiferente, pues las luces se abrieron y se hizo una ovación plena en el teatro. 90 minutos llenos de una promesa hecha por jóvenes, y que, con ella, abre la puerta a la formación y profesionalización de un estilo artístico expresivo casi extinguido, pero aún vibrante.


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