Carolina Cruces. València
Los museos de todo el mundo están sufriendo ataques constantes a sus obras más famosas por activistas climáticos. Los museos no son espacios políticamente neutros y los activistas pretenden ser el foco mediático mediante actos que llamen la atención de todo el mundo. El mensaje que transmiten es claro: “¿qué vale más el arte o la vida?”. Pretenden que la sociedad abra los ojos frente a una situación que antes o después va a desencadenar en catástrofes naturales, es decir, estamos descuidando nuestros planetas mientras que protegemos obras de arte, porque es lo que las élites han conservado como “la cultura buena''. Los museos privatizan el arte, lo transforman en algo elitista y de alta sociedad, cuando la cultura debería de ser accesible para todos.
La gente se posiciona ante esta situación: la prensa califica de “violencia” estos actos, la sociedad habla de los activistas como “niñatos”, los museos dicen estar “muy descontentos”. Pero la realidad, es que las personas que realmente viven el arte desde dentro, que crean obras, que les apasiona la cultura, entienden que el arte son símbolos y que sirve para diferentes causas sociales. Los artistas no desean que Los Girasoles de Van Gogh o Las Majas de Goya se vean dañados, pero entienden que detrás de todos los activistas existe una causa desesperada y que finalmente ningún cuadro ha sido dañado.
Para poder analizar el caso desde todas las perspectivas, en el podcast aparecerá la opinión de: un activista climático de una organización referente en el mundo, un restaurador de obras, un artista y pintor y por último de una subalterna en el Museo de Bellas Artes de Valencia.
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