Diego Álvarez: “Es verdad eso que dicen de que ‘quien algo quiere, algo le cuesta’”
- Bianca Stancu
- 31 oct 2022
- 2 Min. de lectura
Uno de los 100 jóvenes talentos españoles abrirá su propio restaurante en Utiel

Diego Álvarez. Imagen recogida de su perfil de Instagram @diegoalvarez_8
Bianca Stancu. Castelló
Treinta años acompañados de sueños cumplidos. Diego Álvarez, un joven residente en la comarca Utiel-Requena, que comenzó a estudiar el Grado de Cocina y Gastronomía sin saber que su nombre acabaría en los periódicos y listas de los más grandes como uno de los 100 talentos jóvenes españoles.
Nombrado uno de los 100 mayores talentos españoles, Diego Álvarez, está convencido de que esto solo es el comienzo de algo grande y que nunca antes habría imaginado. Por eso se defiende como una persona que marca bien sus objetivos y que lucha por derribarlos. Es así como con la edad de 28 años se abrió camino entre la lista de los 100 jóvenes talentos, ofreciendo así un lugar excepcional a la gastronomía. Se acuesta estudiando un grado medio y se despierta con 23 años (hasta este mismo año) trabajando como jefe de cocina para el mismísimo Quique Dacosta, reconocido chef español con tres Estrellas Michelin.
Álvarez recuerda así sus primeros años delante de los fogones: con miedo y desconocimiento, pero sobre todo con melancolía y mucha felicidad. Tal ha sido el esfuerzo, que desconoce el momento en el que vio que era lo que faltaba y realmente quería en su vida, a pesar de todas las dificultades y durezas que este mundillo conlleva. Define como “un chute de energía” el momento en el que su nombre comenzó a ser reconocido entre los admirables de la cocina. Una satisfacción que lo ha animado a seguir luchando a pesar de que la hostelería sea extremadamente dura, ya que “quien algo quiere, algo le cuesta”, como bien explica él mismo.
Un camino lleno de piedras que ha conseguido esquivar y llegar hasta la cima de la montaña. “A veces te entran muchas dudas de si esto tiene futuro, de si merece la pena. Y te desahogas con tu familia”, explica acompañado de una sonrisa. Confiesa que siempre ha tenido el apoyo de su familia, pero también de sus compañeros de trabajo, que nunca lo han menospreciado por ser el más joven de la plantilla o por convertirse, de algún modo, en su “jefe”, sino que se han dedicado a enseñarle y apoyarle. También reconoce que en varias ocasiones, la idea de buscar algo, de cierta manera, más sencillo, ha rondado su cabeza. Pero este pensamiento siempre ha acabado desapareciendo rápidamente para asentarse, una y otra vez, la creencia en que debe seguir formándose y escalar nuevas montañas.
Es así como otro de sus sueños está comenzando a cumplirse. Abrir su propio restaurante en Utiel, el pueblo en que desea asentarse ya para mucho tiempo. Amante de la pasta carbonara, y especialmente de los platos de cuchara, se describe como extremadamente ilusionado y nervioso por abrir las puertas a inicios de noviembre. “Tapas tradicionales con un toque más moderno”, es como define entusiasmado a su párvulo gastronómico.
Diego Álvarez, un ejemplo de que la suma de esfuerzo y constancia da como resultado sueños cumplidos y varios “chutes de energía”.
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