La Concejalía de Cultura del municipio recupera el único vestigio de la muralla de la ciudad perteneciente al siglo XIV
Marc Ferrán. Castelló
La Torre Medieval de Sant Pere, ubicada en la céntrica plaza de Las Aulas de Castelló de la Plana, reabre al público para la visita del museo subterráneo después de la rehabilitación del techo.
«La reapertura se ha hecho cambiando todo el pavés del suelo, porque estaba deteriorado y caían fragmentos de cristal», explica María José Martínez, informadora cultural del Ayuntamiento de Castellón. «Se ha vuelto a cambiar todo el material del techo que le da luz natural a la Torre», afirma.
Esta parte de la antigua muralla de la ciudad, también conocida como la Torre dels Alçaments, corresponde a la base de un portal de origen en el año 1386 y se trata de una de las partes mejor conservadas. El emplazamiento sobresalía de la muralla en el momento de su construcción y supone la penúltima modificación del recinto. El bastión rodeaba la villa, entonces de únicamente tres calles, y en la actualidad se puede apreciar en distintos puntos de la urbe, ya sea en la superficie o bajo tierra.
La reapertura de la Torre, englobada en las diferentes actividades y acciones promovidas por el Museo de la Ciutat de Castelló, busca «fomentar la historia de Castellón y sus orígenes», manifiesta Martínez.
El sector de la Torre de Sant Pere fue el último del recinto amurallado en terminarse y limitaba con el barranco de Sant Lluís, que transportaba agua desde el oeste del pueblo hasta la zona de la actual plaza María Agustina, anteriormente referida como el Toll. La profundidad del antiguo desfiladero se aprecia actualmente en el desnivel de 3 a 4 metros entre la plaza y el sitio subterráneo de la muralla.
Los visitantes pueden contemplar la técnica de construcción de la torre, una mezcla de mortero y cantos rodados que daba lugar al hormigón. El muro forma un polígono exterior de caras perfectas y, en su interior, se adaptaba al pavimento de la villa. Asimismo, se observa la diferencia con el hormigón armado moderno, presente en los restos de un no tan antiguo refugio antiaéreo de la Guerra Civil, desaparecido con las obras de la plaza.
La Torre de Sant Pere «es una parada que forma parte de una de las rutas que promueve el MUCC, lo que condiciona mucho la cantidad de visitantes que hay», comenta Martínez. «Después de la reapertura estamos teniendo bastantes grupos de visita y por libre, al ampliar el horario de tarde, también está viniendo más gente», asegura.
Ahora, tras la aprobación de los informes y después de seis meses de obras, el MUCC reactiva las visitas singulares al espacio de manera gratuita de jueves a sábado de 11:00 a 13:00. También se puede acceder viernes y sábados por las tarde de 17:00 a 19:00. En grupo, el MUCC promueve el itinerario de la Muralla Medieval, un recorrido por nueve paradas alrededor de los distintos vestigios vigentes del bastión antiguo.
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