La autora narra la vivencia de crear un libro y comenta sus próximos planes
Andrea Rus posando con su libro: Los Colores de Valeria / Fuente: Andrea Rus
Laura Cabezas. València
Andrea Rus tiene 23 años y es una joven principiante dentro del mundo de la escritura. Recién llegada del colegio en el que trabaja, Camarena Canet, me cuenta que siempre ha tenido en mente escribir un libro. Rus, graduada en Educación Primaria, Educación Infantil y Educación Especial, durante su estancia en la Universidad CEU cardenal Herrera, donde ha cursado todos los grados, ha ido escribiendo mini relatos dirigidos hacia niños y niñas. Motivo que le incentivó a convertir su Trabajo de Fin de Grado (TFG) en un cuento infantil, ya que el tema principal que trataba es uno de los aspectos que más le preocupa a la joven escritora, el acoso escolar.
La joven se define como una persona creativa, aventurera y luchadora. Por ello, intenta conseguir todas las metas que se propone, ya que como bien indica: «Soy una persona muy exigente conmigo misma». Una exigencia que ha mantenido a lo largo de su vida y que le ha llevado a conseguir grandes resultados en todo lo que se ha propuesto. Sobre todo, en esta experiencia literaria, puesto que la acogida del libro ha sido muy buena. «Hace poco hice la presentación de mi libro y vino mucha gente», comenta Rus.
La vida de la joven ha sido y es muy buena, tanto en su infancia como en su adolescencia y juventud. A pesar de ello, Rus no duda en sensibilizarse con aquellos temas que son un gran problema en la sociedad y que no se les da la importancia que se merece, como es el caso del acoso escolar. Por ello, Los colores de Valeria, título del cuento, nació con el objetivo de darle visibilidad a este problema. «La intención es que se conozca más este tema desde edades tempranas y se pueda prevenir, ya que no hace falta esperar a que haya un caso en concreto para intervenir, puesto que es mucho mejor prevenirlo con anterioridad», indica la joven escritora.
Esta aventura literaria la define como «maravillosa y muy gratificante», ya que ha vivido momentos muy especiales durante la experiencia, como cuando le pasaron la maqueta hecha. Este momento para la joven fue el más especial, porque como bien indica: «Pude ver que mi libro ya estaba cogiendo forma y que todas las ideas que yo tenía en mente se estaban haciendo realidad».
Pero a pesar del éxito de su libro y de todo lo bueno que le ha aportado la literatura, por ahora, la joven no tiene en mente seguir por la senda de la escritura, ya que emplea la gran mayoría de su tiempo en su profesión de maestra. Aun así, Rus no cierra las puertas del todo a la literatura, ya que como bien señala:
«Nunca digas nunca, porque no sabes las vueltas que puede dar la vida».
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