El ciclo de cine sobre la película francesa reivindica los derechos
humanos y la igualdad
Jaime Carro. Castellón
Desde Amnistía Internacional en colaboración con la Universitat de València se ha
llevado a cabo este martes 22 de noviembre hacia las 19:00 de la tarde, el XII Ciclo de cine
sobre los Derechos Humanos a partir de la retransmisión de la película de “Las
Golondrinas de Kabul”.
Esta pequeña conferencia se ha celebrado en el salón de grados Ascensión Chirivella de la Facultad de Derecho de la universidad mencionada anteriormente.
La situación que se vive en Afganistán hoy en día parece que pilla muy lejos a la mayoría de
los ciudadanos pero está más cerca que nunca. Debido a ello, desde la propia universidad se
ha querido reivindicar a partir de la película de Las Golondrinas de Kabul la presencia y el
cumplimiento de los derechos humanos. Gracias al visionado de esta película se puede llegar
a la conclusión de que la guerra “es una monstruosidad”, como dice la protagonista.
Dentro del propio salón convivía una serie de filas de asientos que se han ido rellenando
conforme ha ido llegando el público interesado en dicho ciclo de cine. Para sorpresa de
algunos, por los comentarios que oían al entrar como “pues ha venido gente” o “vamos a
sentarnos aquí que delante está lleno”, eran algunos de los comentarios que salían de las
bocas de los diferentes asistentes.
La sala ha alcanzado un aforo bastante pronunciado. De
entre el público se destacaba la presencia de personas mayores de 60 años y un pequeño
sector de jóvenes que venían impacientes para ver la producción de “Las Golondrinas de
Kabul”.
La ponente y Roff en la mesa redonda / Jaime Carro
El ciclo de cine que se ha convocado ha consistido en tres partes. Cada cual mejor que la
anterior según el parecer del público asistente.
Una vez dentro del salón de grados Ascensión Chirivella, la portavoz de Amnistía
Internacional ha comenzado la ponencia con una breve introducción acerca de la situación
tan espeluznante que se vive, no solo en la ciudad de Kabul, sino en toda Afganistán. La
portavoz ha hecho hincapié en una serie de datos que transmitían resignación entre los
asistentes. Y no podía ser de otro modo ya que escuchar que se producen desde hace un año
1218 actos de violencia de género en Afganistán, no es agradable para los oídos.
Otro dato que se ha mencionado ha sido que muchas familias, que viven situaciones de pobreza,
comercian a sus mujeres y niñas para que puedan casarse con los talibanes.
Aparte de estos hechos, la circunstancia que les rodea y le da un valor más humano es el
testimonio de las personas que sufren esto. La portavoz de amnistía internacional ha
comentado que estas mujeres afganas han podido manifestar su testimonio de manera
anónima y que “han vivido situaciones espeluznantes”.
Cuenta que los talibanes amenazaban a estas mujeres con fotos de sus familias diciéndoles que iban a morir y que ellas no podían hacer nada. También ha añadido que los matrimonios forzados que se producen pueden generar beneficios de más de 600 dólares. Una mujer afgana cuenta que
después del casamiento se sentía libre porque su hija no iba a volver a pasar hambre. Esto
ha generado tristeza en algunos de los rostros de los asistentes.
Visionado de la película / Jaime Carro
Minutos después, ya con todo contextualizado e introducido, se ha producido la retransmisión
de la película Las Golondrinas de Kabul. Es un filme francés del año 2019 que representa la
realidad de los hechos contados anteriormente por la portavoz de Amnistía Internacional. La
película se presentó en dos monitores y en un proyector para que nadie se perdiera detalle. Lo
más llamativo ha llegado conforme se aproximaba el final de la película. La escena final ha
suscitado pena entre el público de las filas traseras. Muchos y muchas se echaban las manos
a la cabeza e incluso había una joven que se secaba las lágrimas con un pañuelo mientras
una señora le aguantaba las gafas. Un momento muy crítico y emocionante que ha puesto los
nervios a flor de piel.
Después de que finalizara la proyección, salía a la mesa redonda una refugiada afgana a la
que llamaban Roff. Vestía con una blusa naranja y un burka del mismo color. Una vez tomó
asiento la joven de 26 años, comenzó a explicar cómo había llegado a Valencia aportando
datos y hechos relacionados con su experiencia de vida. «Llegué a Valencia en 2017 y me fui
de mi tierra porque no era libre», contó la refugiada. No podía ni estudiar, ni trabajar, ni
vestir como ella quería.
Narra que ella fue ayudada por las mafias para poder llegar hasta España. «Pasé por Grecia en barco gracias a las mafias que habían», relata la refugiada.
Mucho sufrimiento en una sola persona que como ella dice, «solo buscaba mi libertad».
Estos son algunos de los aspectos que ha transmitido y el silencio en el salón se hacía
presente cada vez que hablaba ella. Una vez terminó de relatar su historia, el público inició un
gran aplauso lleno de mucha emoción. Al terminar el XII Ciclo de cine sobre los Derechos
Humanos, algunos de los asistentes firmaron para ayudar a la Amnistía Internacional a
colaborar con estas personas e intentar aportar ese granito de arena que a veces mueve
montañas.
La moderadora del ciclo concluyó realizando una pequeña reflexión acerca de lo visto y oído.
«Los derechos humanos, las libertades y los deberes de las personas son iguales para cada
individuo. “Las Golondrinas de Kabul” vienen para concienciar a los poderosos que no por
tener superioridad moral se debe atentar contra las prioridades de cada uno. Cómo se pone en
práctica en la propia obra cinematográfica, la educación forma a las personas y hace que
dejen de existir estas monstruosidades conocidas como guerras, superioridades, machismo,
maltrato, violencia, etc».
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